lunes, 20 de septiembre de 2010

LA VIDA EN UN PATIO DE VECINO (Málaga)

MARÍA MORONES

Corralón de Santa Sofía

«Aquí las personas florecen, como las macetas»

«En el año 12 nací yo». María Morones tiene 94 años «metidos en 95», apostilla su hijo Manuel, de 67, que vive con ella en el corralón de Santa Sofía, en la calle Montes de Oca. Constituye el mejor ejemplo de este tipo de arquitectura tradicional malagueña, pues conserva la estructura y las barandas de madera, la decoración a base de macetas y el hilo musical que llega de las jaulas con pajarillos. Hoy funciona como residencia para mayores y lo gestiona el Centro de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Málaga.

«Estoy divinamente, me siento afortunada porque es muy difícil conseguir una plaza. Tenemos un rincón muy bonito», dice la anciana, con una lucidez envidiable. Antes vivía en la calle Cristina, en un edificio muy antiguo que ya no existe, y se trasladaron hace dos años. «Este corralón siempre ha sido precioso, aquí se florece como las macetas», afirma. Lo mejor, la tranquilidad. «Estamos en pleno Centro y no se escucha ni un ruido», agrega Manuel.

Madre e hijo viven en un apartamento «chiquito, pero con todas las comodidades», rodeado de macetas con geranios y gitanillas y con media docena de «jilgueros mixtos» que nunca se cansan de cantar. «Siempre hemos vivido en el barrio», recuerda Manuel, para quien los días se van entre el cuidado de sus pájaros, la jardinería, la compra y hacer la comida. Eso y la tele. «El día que me muera le pediré a mi hija que me meta una chiquitilla dentro del ataúd».
SUR digital, 25/062009

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