PATIO CENTENERO o CENTENERA
Calle Libertad a Recinto Sur, actual Serrano Orive, 28
Desde este patio, se accedía al Patio de la Bisagra y a la calle Sargento Coriat, el edificio alto en el centro de la foto, daba a la calle González de la Vega, se divisa el torreón y a la derecha tras los arboles, el Instituto de Enseñanza Media, donde trabajaban como bedeles, Jimenez y Almazor.
El Delegado gubernativo, Ramón Arechaga, en visita realizada a este patio en octubre de 1.934, a muy poca distancia de la sede del Gobierno, quedó impresionado, siendo este su testimonio:
“Barracas de tablas y latas, reducidas, sin espacio, luz, ni aire, donde viven familias numerosas en espantosa promiscuidad de sexos y edades, durmiendo en el mismo camastro el matrimonio y los hijos y compartiendo, en algunas,la vivienda algún irracional; las callejas de tierra estrechas y pendientes; las barracas emplazadas caprichosamente, algunas más bajas que la calle-lo que hará que se inunden en periodo de lluvias-; unos cajones en medio de la calle, sin salida a la alcantarilla que sirven de evacuatorios, donde se amontonas materias fecales y producen una atmósfera mefítica; los cuadros de familias enteras viviendo en un cruel hacinamiento, con las características de la tuberculosis reflejadas en los semblantes; la miseria orgánica de aquellos pobrecitos niños faltos de todo, hasta de sol y agua, todo este espectáculo, es lo más triste y deplorable” (La vida cotidiana en Ceuta a través de los tiempos. IEC 2007)
“Las casas de ladrillos, tenían los techos de uralita o de chapa. En lo alto, bidones que hacían de depósitos de agua para tener siempre disponibilidad. Nada tenía que ver su aspecto exterior con el interior. La entrada, un portón verde,y había un pasillo pequeño, a la izquierda una vivienda; Manolo, África y sus hijos. Vicentito era un año más pequeño que yo. Tenían 3 hijos más. A mano derecha una escalera y en el rellano 2 viviendas, los vecinos de arriba no tenían niños. Bajamos la escalera y entramos en el patio, a mano derecha un patinillo cerrado y en el tenían gallinas, palomas y conejos. Después de la casa de África, otra vivienda; allí vivía Carmen y su marido (no recuerdo el nombre), con su hija Pili. Seguía a la izquierda los patinillos de los vecinos de arriba. El tercer patinillo era de África y Rafael y sus hijos Flori y Pepito Luis”
“Seguida estaba la casa de Victoria y José (Pepe) y sus hijos José Luis, Manolo, Javi y Beli (Mª Isabel). Después estaba la vivienda de los padres de África y Manolo, dos abuelitos muy entrañables, y por último la vivienda de mi tío Paco (El Madriles) y en los meses de Septiembre, estábamos nosotras: mi abuela Patro, mi madre, Conchita, mi hermana Mª Rosa y Chus”
“Donde los polos, vivían dos niños, Nene y Pepito; el primero rubio y muy tranquilo de carácter, el segundo, delgado y pequeño. También me acuerdo de Mimi, Ramón, los hermanos Godoy, y antes de llegar a la cuesta del Recinto, vivían los Pino, Emilio, Luis y Ángel. Recuerdo a los hermanos Pulido, y por el centro del patio, vivían Diego y su hermana Mari. (Virus 23/9/08)
“Había una tienda de ultramarinos que vendía todo al granel, tanto el aceite como las legumbres, fideos, etc. Un señor que tenía una pequeña taberna, donde la chiquillería se aprovisionaban en verano de los deliciosos (por aquel entonces) polos con sabores distintos, hechos de hielo, que se vendían a 2 reales”.
Desde este patio se accedía al Cine África, a la playa de la peña y Plaza. de los “Nada más entrar a este patio, a la derecha vivía una familia que tenía un puesto de golosinas en la Plaza. de los Reyes, justo en la esquina de la Iglesia San Francisco. Había un descampado donde jugaban niños de calles adyacentes, a veces ponían redes para cazar pájaros, cosa que estaba prohibido. Un pollete servía de asiento para otear el horizonte que formaba el mar y el cielo. Allí vivió Manolito el fontanero. “Entre otros vecinos, Antonia Cespedes Gallego, conocida cariñosamente como “la latera” quien estuvo detenida en la cárcel de mujeres de El Sarchal, y en la madrugada del 21/1/37) fue sacada de la misma, encontrándose posteriormente su cuerpo en una de las laderas de la barriada. Tenía 46 años, de casta humilde, que ayudó a las mujeres trabajadoras, luchando por sus derechos sociales. Fue juzgada y condenada a cadena perpetua....” (Mujeres que se atrevieron a ser libres.(Memorias literarias, por Francisco Sánchez Montoya.)
“Hablar del Patio Centenero es acordarme de “Joselito”. Por él supe cosa de algunos de sus moradores; del encanto y la alegría del lugar, a pesar de la insalubridad de sus viviendas y épocas de hambre, lágrimas y padecimientos. Muchos pesares, sí, pero a más de uno, parecía que se le iba la vida, cuando llegó la hora de abandonar el barrio”
Un personaje muy popular que allí vivió: “El Gran Francisco”.
José Javier Rivera
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