Crecí mirando tu cielo,
y hoy sigo nandando en tu mar;
querida tierra, querida,
nunca nos separarán.
Y si alguna vez me alejo
de la que me enseñó a amar,
ten por seguro que llevo
dentro de mí esta ciudad.
Me has marcado para siempre,
ya nunca te olvidaré,
porque nací siendo tuya,
y siendo tuya moriré.
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