domingo, 24 de abril de 2011

5º COLABORACION EL FARO DE CEUTA 24/04/11

PATIO DON JUAN

C/Soberanía Nacional, 89. Posteriormente, C/Real,81 (sin salida)

Uno de los patios más populares y conocido en Ceuta Se debe su nombre a su propietario D. Juan Gómez, su esposa Doña Mercedes, se casó de segunda nupcias con Don José , militar de Regulares.

En una época cerraron la salida de este patio al callejón del Almirante Lobo al que segregaron la mitad de la propiedad; debido a un año abundante en lluvias, se acumuló tal cantidad de agua en esta zona, que los bomberos se vieron obligados a abrir un gran boquete para que las aguas tuvieran salida natural hacia la parte inferior. Esta abertura fue motivo para que los chavales pasaran de un lado a otro en sus juegos cotidianos. El patio fue reformado con posterioridad, ya que era su edificación tipo corralón, con pasillos e incluso azotea. Hoy un edificio de nueva construcción ocupa su lugar. Como dato anecdótico, parece ser que el subsuelo de dicho patio, fue tiempo atrás un lugar de enterramiento hebreo, por lo que se acordó, antes de ser edificado, se respetase una especia de “memoria histórica” y que los nuevos ocupantes efectuaran oraciones en pro de estas almas allí enterradas.

Aquí vivió Antonia que tenía una tienda de verduras, tía del cuñado de Antonio Canca, llamado Pepe Castillo Núñez. Se casó con Ana Canca Serrano y tuvieron dos hijas: Clara y Ana. Antonio Lago Muñóz, casado con María Luisa Moreno Pérez (que era retocador de Foto Arbona) vivieron en este patio cuando se casaron, anteriormente, algo más arriba donde el repetidor y cerca de un bunker que por los alrededores existía. Sus tres hijos Javier, Pilar y Ana, nacieron en el mismo patio.

Diego López, “el loco”,(mote que le pusieron por las travesuras que se le ocurría) nacido el 5/5/43, vivió en este patio hasta los 21 años que se fue a la mili, posteriormente viajó por el extranjero. Se casó con María Luisa Duran Méndez, (nacida en Patio Morales), tuvieron 2 hijos. Su mujer era familia de los “cabezones” que tenía una churrería en Gonzalez de la Vega, además de la que montaban a la entrada de la Feria, cuando se hacía en la entrada del puerto. El, con solo 7 años, llevaba diariamente la comida a su padre que trabajaba en el muelle Alfau, en una fiambrera, y volvía cargado con 20 kgs. de carbón piedra que llevaba directamente al Café Nicasio. Celia Recio lo colocó en la Imprenta Imperio. Diego muy aficionado a la Semana Santa, construía un pequeño paso con la tabla la lavar de su madre y se metía bajo un cajón. Usaba un crucifijo que guardó durante muchos años, y cobraba una perra chica para ello. También colaboraba en las Cruces de Mayo. Era uno de los patios más grandes, cuya propietaria era una tal Doña. Mercedes y su marido Juan. (sobre ella, hay dudas sospechosas de la forma que hizo dinero). Posteriormente el patio fue comprado por Mauricio Alvaro Caso, montañés (cántabro).

En este patio vivió un tal Willy, que eran varios hermanos, de padre carabinero, de los antiguos;su madre le arregló el tabardo de tal forma que dentro de los bolsillos le cabía un jamón entero. Este trabajaba en el muelle de Alfau. Otra familia vecina de este patio fue Plegezuelo; uno de los hijos, Rafael, fue Jefe del Cementerio , otro Manolo, Catedrático en la Universidad de Granada y otro Juan,que reside ahora en la provincia de Barcelona. Su cuñado Juan Piñero López vivió igualmente en este patio, trabajaba en Foto Calatayud, frente a La Africana, conocida pastelería aún abierta al público. Paradojas del destino, conoció a la portera e hija de la casa de quien estas líneas escribe, Lola y Antoñita, esta última medio casi.

Vivió aquí África Fortea, por todos los caballas conocida, por sus extravagancias y comportamiento inusuales en una mujer, así como sus hermanos Ventura y Maruja; la madre, según dicen, era una señora muy seria.

“Antonio Canca Serrano vivió en este patio junto a su madre, Ana Serrano y su hermana Ana María. El trabajaba en un taller de marmolista; hacía verdaderas obras de arte en lápidas, taller propiedad de un pariente mio, José Aguilar Ramos, a quien llamaban “el maestro” Su esposa, María Toro Conejo, mujer de bellas facciones y siempre elegantemente vestida,solía sentarse en el taller, mientras esperaba a su esposo y compartía conversación con él”.

Otros vecinos de patio eran Antonio Navarro Ravenga, María Busch y sus niñas, Abelina y Paqui Borbolla, Juan Ronda y Manolo Garrucho. Igualmente vivió la familia de Rafael Pleguezuelo, arriba en la azotea, sus hijos Rafael y Anichi. El hijo fue encargado de la Cafetería Restaurante Delfín Verde, a la entrada del muelle España. Su hermano fue catedrático de Matemáticas y su esposa de Lengua, ambos fueron profesores de Antonio Canca. Aquí vivió Dolores, Maruja, Jose Antonio Muñoz Bravo, Fracisco Amaya, con su sobrina Africa Amaya y su marido Jose Foneca.

En este patio vivieron Adelina y Paqui, cuya madre regentó el Bar Covadonga, a la muerte de su padre. Otros vecinos de este patio: Diego Pacheco, taxista, y sus hijos José Maria y Juan.Antonia, que tenía su tienda frente al patio, entre el Patio del Tunel y la Panadería La Espiga de Oro. Juan Ronda, su padre Juan, mecánico de barcos, y su madre Frasquita, que fue portero de futbol, de tierra de juveniles, llegando a jugar en diferentes equipos, como El Fundador y posteriormente en Tarifa. Hijo de este último, Javier Ronda, cuya abuela paterna era de Almeria y la materna de Tarifa. “Charo, mujer de Rafael Pacheco, vivió en este patio”. Hermanos de Antonio Canca, como Juanito el practicante, que se caso con Antonia Teodoro de la Plaza Azcárate, la hija de ambos, Ana Maria, se casó con Jesus Fortes, que llegó a ocupar la alcaldía en Ceuta, dejó el patio al casarse. Otro hermano, Joaquín, fallecido. Fernando que vive en el Sarchal y Pepe que enfermó, motivo por el cual se fueron a vivir al patio, para estar cerca del Hospital de la Cruz Roja. Vivió en este patio Antonio Llevó, empleado administrativo de Baeza, amigo de Miguel Muñoz. Tambien Joaquin Jimenez Navarro, hijo de Joaquin y Lola, electricista, as´como Alberto, de religión indú, Miguel Sedano y su mujer Pepita, vivían a la entrada del patio y eran propietarios de una tienda de comestibles.


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