Patio sito en la mediciación de la calle Velarde, estando actualmente
aún habitado por varios vecinos.
Vecinos de este patio eran: Anica y su marido Bernardo, pescador, con sus hijos: Lola,
Anita, Carmina, y Rosi Casas Palenzuela casada posteriormente con Chellarán, hindú, madre de
Chellaran. Manolo (la gorda), Muñoz, Encarna, soltera, tenía un puesto de chucherías subiendo las escaleras al patio, además de un jazmín muy frondoso. Al lado la familia Ballesteros, con sus hijos Carlos y Victoria. Las de Obispo, Antonia la de Montoya. Pepe el sordo y su mujer Carmela y Concha la de los cancanes, Carmelo Rosa, su padre era sastre, él fue maestro. Antonio Fernández con su esposa y sus hijos: Antonio, Mari y Conchi, así como un tal Manuel Ponce que tenía una pescadería en el Mercado.
Antigua Farmacia Perales de Doña Elena, en los altos vivía la familia Ramirez. Centro lo que
va quedando del Patio Morales. Derecha, estado actual
“La abuela Anica con su vestido negro recogía la caña que sostenía el cordel, cordel que se
mecía como las traiñas que ronroneaban al paso de la almadraba.. Francisco Carlos el Kiosko, el
terremoto del patio, preguntaba por el abuelo Bernardo para que le ajustase el sedal para ir a
pescar.......
“Ana Mesa con su toquilla para saludar a la abuela, comentan la calor que hace y los niños
en el solanero con la pelota y luego echaré agua a las macetas.....En casa de Antonio y Maruja de
Bao, las mujeres de todas edades, entablan tertulias interminables y cotilleos de épocas que se van y otras que vendrán, entre golpes milimétricos de aguja y dedal. José el de Paca ya va quitando de los clavos de la pared, las jaulas de los pajarillos, mientras el solecito se va desplazando renqueante por los zócalos de cal”.
Manolo de Francisca como buen marinero en su murallita de casa puerta otea al horizonte,
la mar en calma que se recogen las gaviotas en el atardecer, La familia de Tula, va subiendo
escalones, adornados con macetas y enredaderas que trepan aún caliente del solanero, agosteño,
mientras se esconden las salamanquesas por los pliegues. Encarna prepara ese café con recuerdo de añejo y a la mesa van las galletas María y el pan con aceite, entre charlas de reunión ante la mesa y los cánticos de los programas infantiles de la tele.
Juan Carlos, el hijo de Dolores, que asoma allá por el patio con una raqueta y una pelota y
causa sensación a los noveles en el deporte del tenis y al día siguiente todos con raqueta en mano.
Mientras a la abuela me hacía señas que fuera a la farmacia Perales, que Doña Elena me iba a dar
un medicamento …......Ana Mesa recogía el parchís, con el que jugaban los vecinos y vecinas con
el abuelo Bernardo por la tarde...” (A la hora del café, merendamos. por Javier Chellaran).
Se bajaban cuatro escalones y se accedía a otro patio más pequeño. Allí vivían: Pepa la de
Toledo y su marido Antonio que trabajaba en la Fabrica de la Luz, tenían dos hijas: Marujita y Pepi.
Francisco Parrado Sanchez y su mujer Maruja Bollit Viso, contrajeron matrimonio el 22 de
Septiembre de 1935. Su primogénita, Emilia, nació el día que empezó la Guerra Civil, el 17 de Julio de 1936, detrás de ella vendrían Maruchi, Paco y Mari Carmen. Las de Méndez, parientes de la familia Cabezón y sus hijas Lola, África, Juana y sus sobrinas Afriquita y Lola Mendez, además de otra que le decían “la rubia”. Dolores la del carnicero y sus tres hijos: Ernesto, Victoria y Maruja. En el rincón, Rafael Castillejos y Dolores, que trabajaba en la Empresa de Alumbrado, además hacía algunas chapucillas, arreglando cerraduras y haciendo copias de llaves, sus hijos: Rafalin, Charo y Luisito. Dolores y su marido. Mariquita la de Martin, quien tenía el único teléfono en el patio y a quien acudían siempre en caso de urgencia. Elvira y su marido Benitez, que era Sargento de La Legión, con su sobrina Julia que era taquillera del Teatro Cervantes. Mercedes, sastra y su hija Merceditas. El matrimonio compuesto por Miguel Morales y Victoria Suanes, con sus hijos, una de ellas Purificación, es hoy Hermana Mayor de la Cofradía de Ntra. Sra. de África, además de Miguelin, Victorita y algún otro más.
Algo más arriba del patio al que denominaban “el llano”, se ponían los cordeles como
tenderetes para secar la ropa, con sus palos correspondientes. Había allí el chasis de un viejo y
oxidado coche que servía de juegos a los más chicos. Se hacían las Cruces de Mayo y se
organizaban bailes.
Otros vecinos: Ramoncito, hijo de Rosalía (mariquita azúcar, como se decía en la época).
Manolin el de Concha y su mujer Maruja, (anteriormente vivió en esta casa Hilarita). Manolo y
Francisca, (él tenía un puesto de pescado en el Mercado de Abastos), con sus hijos: Alfonso
Manolin, Merche y Sebastian. Gertrudis Roca Suarez,”Tula”, natural de Algeciras, casada con
Antonio Muñoz Maese, de Ceuta con sus cinco hijos: Lola y la melliza Pepa, Manolo, Encarni y
Antonio. Maruja la de Bao, su marido Antonio . Libe, su marido que era sastre (sastrería Rosas) y
un hijo que fue maestro, llamado Carmelo.
En otra zona del patio que llamaban “los pisos”, vivían Patrocinio y su marido Antonio, que
trabajaba en un Banco, así como sus hijos: Conchi, Mariquita y Antonio. Lorenzo, Eloy, Pedro y
Manolo Morales. Eloy y Pedro trabajaban en la banca, Manolo profesor de matemáticas. Miguel
Morales Alcaraz, nacido en Ceuta, casado con Victoria Suarez Mendes y sus hijos: Miguel, Victoria, Purificación, Salvador y Mari Carmen.
La convivencia en el patio era tal, que si alguien estaba enfermo o alguna vecina estaba por
dar a luz, los vecinos siempre preguntaban antes de salir del patio, si necesitaban alguna cosa,
comprar algo, etc. (Emilia).
Caminado en busca de patios por calle Espino, vine a preguntar a un transeúnte que por allí
pasaba, resultando ser unos de los propietarios de este patio, Lorenzo Morales. La dueña de este
patio, era Margot Morales, tenía una hermana poco favorecida, pues tenía una cicatriz en la nariz,
que le desfiguraba la cara, de ahí a que le apodaran “la chata Morales” que se casó con José
Canadena Panadero, Capitán de la Legión, según cuentan, hombre muy atractivo, y por último un
hermano que era cartero.
Otra vecina de este patio, nombrada anteriormente, Rosi Casas Palenzuela, con la que
días después contacté, me comentaba sobre su hijo Juan Carlos, que es sacerdote hindú, ella misma escribe poesía, (tiene un programa en la Cope), es voluntaria ayudando a los mayores, pertenece a una asociación de viudas y tiene aún tiempo de asistir a un gimnasio. Me hablo de Pepa la chata, que tenía muchos hijos, cuyo marido era matarife en el matadero, tiene un nieto que es Concejal en el Ayuntamiento. Se celebraban las Cruces de Mayo, se hacían fogatas por San Juan y en los casamientos se exhibían en exposición el ajuar de la novia como era tradicional antiguamente, el Domingo de Resurrección se festejaba atando latas y haciéndolas arrastrar por el patio, así como el lDía de la Mochila que se celebraba allí mismo.
En la casa de Anita, la de “Seña Ana” se hundió el piso, dejando al descubierto la
existencia de un pozo con cubo, cuerda y todo.
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