jueves, 8 de marzo de 2012
Ayer tuve un sueño.
Ayer, a las 3,30 de la madrugada desperté tras un bonito sueño; luego permanecí largo rato despierto, hasta el extremo que me levanté y me senté delante del ordenador. Antes de ello, y con el móvil que siempre tengo a mano durante la noche, grabé lo que recordaba del sueño, pues a veces despertamos por la mañana, con la sensación de haber tenido un sueño, pero no logramos recordar el mismo, es por ello que eché mano a este inseparable aparatito que nos solventa o nos complica la vida.
“ Era en un bar donde 2 o 3 personas hablaban de caballos; una de ella era tratante o entendido en la materia y otro era un futuro comprador. En un rincón de ese lugar había dos hermosos caballos. Cambia la escena y estas personas se encuentran en una especia de puja y el interesado consigue el ejemplar que deseaba. Vuelve a cambiar la escena y en una terraza (que sitúo en la acera de la antigua cafetería-pastelería “La Campana” en el Revellin, están sentados el marchante, el nuevo propietario y su esposa, una bellísima mujer. El nombre del anterior propietario es pronunciado y al oírlo comento la necesidad de localizar a esa persona, pues se trataba de un antiguo amigo apellidado “Biondi”, a lo que la bella mujer se prestó a tratar de localizar a la citada persona.
En ese momento pensé que me había convertido en una especie de “rescatador de recuerdos”
Qué compleja es la mente humana, pero sin duda los sueños tienen relación con nuestra actividad en estado de vigilia. El haber estado toda la mañana con un paisano hablando de Ceuta, recordando nombres, situaciones, hechos, etc. puede ser sin duda la clave de este sueño que he querido exponer.
A veces la vida es un sueño absurdo y aunque sean absurdos, sueños son.
5,13 a.m. 8/03/12
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