Tras una fugaz y agradable visita de viernes a domingo de esta pasada semana, a nuestra querida Ceuta, y motivada por distintas entrevistas previamente citadas, quedo de nuevo sorprendido ante la acogida amable y desinteresada de los caballas, en relación a aportar datos, información e incluso recuerdos personales, tales como fotos, de los desaparecidos patios ceutíes.
Me llena de alegría y satisfacción, comprobar cómo poco a poco esa pueblo caballa que es poseedor de alguna información, está predispuesta a colaborar en lo que próximamente será un libro, y donde muchos ceutíes podrán leer sus propias experiencias, así como la de algunos de sus convecinos, vividas en estos casi olvidados patios. Y digo casi, porque la gran mayoría de los que en ellos han vivido, no olvidan sus imborrables y gratos recuerdos que han compartido con sus vecinos y amigos.
Gracias a los medios de comunicación, tanto la prensa escrita como la audiovisual de Ceuta, son responsables de que muchas personas estén al corriente de mi trabajo y quieran participar. Ya se me conoce como “el de los patios”. Ayer, en pleno Revellín, paré a un matrimonio y le pregunté si era el Sr. Tal, a lo que sorprendido me contestó afirmativamente. Vino a colación el tema de los patios y me comentó: “Hay un escritor que está escribiendo sobre ellos”. Tuve que decirle: “ese soy yo, pero no soy ni mucho menos escritor”. Sólo soy el que escucha y luego transcribe lo que la gente quiere relatar de su vida y experiencias en esos patios, cosa que hacen con la mayor espontaneidad y sobre todo con el corazón. Cada visita que hago a la ciudad, son nuevos patios que se van localizando y otros que como si fueran puzzles, se van completando.
Gracias a cada uno de ellos por su participación.
Me alegro muchísimo de lo que vas consiguiendo con ese tesón... Por la parte que me toca, no sé si será mucho o poco lo que aporte mi tia, pero en cuanto venga, me pondré en contacto contigo. Un saludo.
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